lunes, octubre 23, 2006

Tengo un problema con la señora del Bingo

Puede ser que la señora ,por medio de un error de sistema, se “ganó” más de 35 millones de pesos en un bingo, pero ¿la empresa debe pagarle hasta el último centavo?
NO!!! Como mucho una resarción por el error pero no más. Y me molesta todos lo que dicen: “Si! que le paguen, que se cague la empresa”, me perturba esa idea de “falsa justicia” por los que pierden día a día. Los que van al bingo y pierden saben que son ínfimas las posibilidades de ganar e igual van, saben que van a perder. Y la mujer también me cayó mal, esa idea de que tengo la razón porque ignoraba a lo que jugaba (y si, si ella se considera ignorante, ignorante será), y ¿el personaje del esposo? ¿Qué persona felizmente casado le regala 20 pesos a su mujer para que se valla al bingo en el día de la madre? Por Dios!!!
Tengo un problema con el “hippismo light”

“Neo hippie”, “pijy” y “hippismo coca cola” son conceptos con los cuales diferentes pesadores (gente pensante) hacen referencia a lo que yo he denominado “hippismo light”.
El concepto hace referencia todos aquellos jóvenes que pretenden identificarse con el movimiento Hippie de los años 60’, pero lo único que comparten con dicho movimiento es el hábito de no bañarse.

El “hippie ligth” suele ser un espécimen que adopta vestimentas como camisolas coloridas o en tonos marrón y morral haciendo juego, en el caso de los machos suele ser acompañado por un pantalón de tela o pantalón “tilcareño” y seudo-barba. La hembra por su lado suele vestir sus caderas y piernas con un faldón con motivos hindúes (a lo mejor), algo que distingue al macho de la hembra es que mientras el primero elige vestimentas feas y baratas, la hembra elige vestiduras importadas de países orientales, en general “Made in India”.

El viejo movimiento hippie se alzó en Estados Unidos como contracultura al capitalismo, la guerra y a la sociedad de consumo. El “hippie ligth” suele dirigirse hacia el Norte del país, Perú o Bolivia por lo menos una vez en la vida, tal cual la Meca para los musulmanes, con los fondos que devienen de su vida como burgués o con los fondos de sus padres que le prestan la VISA para los gastos del viaje de los chicos. Con la misma tarjeta de crédito puede también comprar su ropa importada o establecer una forma de vida inactiva. El hippie sin tarjeta de crédito suele devenir naturalmente en larva vividora.

Otra característica del “hippie ligth” es el hecho que le debe dicha condición al tiempo que transcurre su vida en alguna Escuela o Facultad de Ciencias de la Información, Filosofía, Psicología, Artes Plásticas, Letras y Humanidades en Gral. Una vez terminada la carrera pasa por varios estadios hasta devenir en un burgués sin disfraz o en el mejor de los casos en capitalista.

Algo que me molesta y sufro de estos “hippies lihtg” es el hecho de su falta de compromiso con la obligación contraída porque se “colgaron”. Ejemplo verídico (uno de tantos):

- ¿Che grabaste el ensayo? (Como ya habíamos quedado previamente).
- Si, pero me re-colgué y no sé donde guardé la carpeta con los archivo loco. Dice el hippie.

Una vez encontrada la carpeta y grabado el ensayo en Cd, volvimos a casa a escucharlo y el muy “hippie ligth” nos había grabado 6 veces repetidas la misma toma…

Como reza una canción de los Neurotic Outsiders: NEVER TRUST IN HIPPIES!!
!

miércoles, octubre 18, 2006

Tengo un problema con la gente que me dice: “Los solos de viola ya fueron”

Mucha gente me dice eso, que en el rock actual ya no hacen falta los solos de guitarra. Y si, está bien, eso es lo que escuchan supongo. Yo la única explicación que encuentro apunta a las radios, MTV, y a la industria de la música en general. Aunque suene a teoría conspirativa, fervientemente afirmo que el *mercado de la música impone como regla para ingresar a sus circuitos, los temas deben tener una duración de tres minutos más o menos; deben pegar rápido, morir y dejar lugar al siguiente. Los temas quedan disminuidos (con facultades especiales dirían otros) a una pequeña intro, seguido de verso-estribillo-verso-estribillo-puente o *middle-estribillo-finale.

Uno recuerda solos como el de November Rain de Slash, el de Alive de McCready y Gossard, Gilmour soleando en Time, y así tantos pero tantos otros (de Hendrix a Dimbag Darrell). Esos solos que terminan de dibujar el tema, que regalan otra intensidad… Si... ¿saben qué? Allá ellos con sus temas de 3 min…

* Demonio capitalista salvaje sediento de sangre humana en descomposición por la contaminación de sus papeleras. ¡Fuera yanquis de Irak!

*2 Cabe aclarar que en ese middle puede entrar un pequeñísimo solo de una vuelta o compás como mucho.

jueves, octubre 05, 2006

Tengo un problema con las bandas que usan remeras de ellos mismos

Es tan estúpido creo yo, como una especie de auto-referencialidad. El otro día veía una entrevista a músicos de una banda de Rock llamada Los Gardelitos, todos con remeras de Los Gardelitos… Cosa que se repite mucho en bandas como la 25, Callejeros, Jóvenes pordioseros, Villanos, etc. Es una actitud muy rollinga creo yo. Pero ¿A qué hace referencia este fenómeno?

Tengo varias teorías (basadas en nada, como debe ser). Quizás invierten todo en Merchandising de remeras y como no las venden todas se ven obligados a usarlas ellos mismos para recubrirse del frío (eso sería entendible, al mismo tiempo que triste). O también puede ser que las usen para promocionarlas (¿modelito yo?) y los chicos que las ven se las compren. También puede ser el auto bombo: “si, ese soy yo, el guitarrista de la cejosa!; hoo que copada mi banda que hasta yo soy re fana”… Y la última de mis teorías, y la mas acertada creo, se inclina hacia una identificación del músico con sus seguidores, “mirá yo soy igual que vos (de rollinga)”. Eso de que cualquiera podría estar acá arriba en el escenario porque somos iguales, del mismo barrio y entre vos y yo solo hay dos clases de guitarra de distancia…

Igual yo soy de la época en que el músico se subía con alguna remera de un grupo que le gustara a él, e incluso de otras bandas amigas que le eran simpáticas, o que era una apuesta el vestuario (calzas, tops y rouge, cosas de machotes, ¿vio?).